Por qué viajar solo puede ser una de las mejores experiencias de tu vida
Hace unos días me junté a almorzar con una de mis mejores amigas. Hablando sobre el trabajo, nuestros amigos en común y otras cosas, me comentó que en sus próximas vacaciones quiere viajar sola. Para tal campaña ha estado guardando una buena parte de su sueldo, y así poder llegar lo más lejos que el dinero le permita. “El mundo es tan grande que una de las razones por las que nacemos es para conocerlo”, me decía esperanzada mientras comíamos.
Como una experiencia catárquica, me enumeraba las razones por las cuales le gustaría viajar sola, influenciada por los documentales del viajero Claudio Iturra a Katmandú y el Amazonas. En el fondo viajar en solitario sirve para tener otra visión de tu propia realidad, y la vida no se reduce a lo que hagas, sino a lo que puedas conocer. Como dice Iturra: “la sed de explorar el mundo”. A diferencia de viajar con familia, amigos o pareja, viajar solo te da la libertad de hacer lo que quieras.
Conforme avanzaba en su relato no pude evitar recordar las “7 razones por las que debes viajar solo por lo menos una vez en tu vida” que la autora del blog de viajes Heart of a Vagabond, la portuguesa Yara Coelho, compartió en la revista digital Tought Catalog. Coehlo dejó sus estudios de medicina en 1998 a sus 18 años, para viajar por el mundo en sus propios términos, con una mochila en la espalda y unas pocas monedas en el bolsillo.
1. Conocerás gente maravillosa: Viajar solo puede llegar a ser una de las cosas más gratificantes debido a las personas que conocerás. Cuando se viaja con un grupo de amigos o con un compañero, tiendes a pegarte a ese pequeño círculo de caras conocidas y las interacciones con otras nuevas no serán tan profundas.
2. El abrumador sentido de la absoluta libertad: Cuando viajas solo y comienzas a conocer gente nueva puedes terminar cambiando tus planes, más si escuchaste de una maravillosa cascada, una increíble playa desértica, la oportunidad de saltar en bungee o probar exquisitas comidas que solamente encontrarás fuera de tu camino. No tienes que darle explicaciones a nadie, puedes seguir tu ritmo.
3. Viajar solo desafía tus temores e inseguridades: Esta es una importante razón, especialmente si es la primera vez que viajas solo. La seguridad puede ser un gran consuelo, pero el sentido común es la clave. Debes leer e investigar mucho antes de viajar: mirar los comentarios del albergue y la retroalimentación de otros viajeros en foros y blogs. Respeta la cultura local y te garantizo que estarás bien.
4. Enamórate: Todos añoramos encontrar nuestra media naranja y se habla muchos de las relaciones fallidas durante el camino. ¡Pero no tiene porqué ser así! Encontramos el amor cuando conocemos personas que comparten nuestros mismos intereses, sueños y metas. Nadie sabe si será un gran amor de verano o el chico que llevarás al altar, pero hay mucha gente por ahí con historias increíbles para compartir. Si ya tienes pareja, este tiempo fuera puede aumentar la pasión y una vez que regreses vas a apreciar mucho más la compañía del otro.
5. Tendrás el tiempo de nutrirte: Si tienes una vida estresante, ya sea estudiando o trabajando demasiado, viajar por tu cuenta puede ser el momento para tomar un descanso y alimentarte a ti mismo. Disfruta de todas las cosas maravillosas que un lugar nuevo te puede entregar y entiende que la felicidad es un derecho de nacimiento, no un privilegio.
6. Tendrás la oportunidad de reinventarte y ser quien quieres ser: Mientras viajas solo puedes dejar tu lado gruñón y comenzar a ser un nuevo tú. Explora parte de tu personalidad con las que no estás cómodo. Mientras estás en el camino puedes ser desafiado por factores inesperados y estar sorprendido de los bien que respondes a ellos.
7. Podrás tener tiempo para dejar todo atrás: Desconéctate por un rato al mundo real. Apaga tu celular, “olvida” revisar tu correo por unos días, no pienses en las cuentas, las responsabilidades, deberes y problemas. Uno de los momentos más creativos e intensos para solucionar nuestros problemas es cuando nos desconectamos. A veces nuestro cerebro necesita descansar para deshacerse de viejos pensamientos y dejar entrar los nuevos.
Más allá de conocer otras culturas, se trata de conectarte con otras personas. Se trata de disfrutar de tu tiempo sin prisas, sin tener que limitarte por si tus compañeros de viaje quieren dormir una siesta o visitar la disco de moda. Conocerás gente nueva, compartirás historias y harás amigos en el camino que podrían durar toda la vida. Serás capaz de valerte por ti mismo en la ruta, interactuando con los lugareños y con un mapa de la ciudad en la mano (la idea es dejar Google Maps como última opción). Volverás a casa mucho más seguro de lo que te fuiste.
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