Todos los caminos conducen a Valparaíso
Inventada por un mago o pintada a mano por el cielo, Valparaíso es una epifanía literaria, un recoveco en medio de mil escaleras y con callejones que recorren cada milímetro del corazón hasta sucumbir con su ligera brisa.
Amante de poetas y músicos, la ciudad puerto debe ser una a la que más se le han escrito poemas y canciones por todo el mundo; como cautivadora de Neruda, Huidobro u Osvaldo “Gitano” Rodríguez, ha sido inmortalizada como una musa inspiradora de la vida bohemia y de las artes, como en ese famoso vals del “Gitano” escrito en los años sesenta y que prácticamente se ha convertido en el himno oficial de este puerto: “Yo no he sabido nunca de su historia,/ un día nací allí sencillamente…,” (…) “Pero ese puerto amarra como el hambre,/ no se puede vivir sin conocerlo,/ no se puede dejar sin que nos falten/ la brea, el viento sur, los volantines”.
Famosa por sus pechos coloridos que constantemente son acariciados por ascensores cómplices de más de algún amor furtivo, destacan el cerro Alegre y Concepción, que se erigen como puntos característicos de la idiosincrasia porteña y donde convergen la cultura gastronómica y hotelera de la ciudad, haciéndose merecedores, como mínimo, de este pequeño capítulo especial.
Su pasado aristocrático del siglo XIX ha dejado bellísimas casas de varios pisos con una impresionante y cuidada decoración herencia de los inmigrantes ingleses y yugoslavos. Hoy te puedes perder por las encabritadas calles de ambos cerros en las que inevitablemente se conjuntan estas antiguas casonas con viviendas más sencillas y coloridas, interminables graffitis en las paredes, tiendas de diseño o antiguos hoteles/hostales y restaurantes mientras los vecinos y turistas, conviven de manera asombrosamente natural.
Entre tanta callecita estrecha, siempre hay alguna actividad o evento muy prendido que las ilumina – como la Expovino y Gastronomía 2014, que pueden revisar en este enlace-. Pero si existe alguna referencia perfecta para recorrerlas, ésa son los tres paseos fundamentales y principales: Paseo Yugoslavo, Paseo Gervasoni y Paseo Atkinson, que son indudablemente, los miradores más bellos y turísticos de la ciudad por encontrarse frente al puerto. Y si el hambre baja y van de subida, no importa, que restaurantes y cafés hay por doquier, en cada esquinita – y acá les recomendamos los mejores, por supuesto-. Ahora, si los pies ya no dan más, tres ascensores: El Peral, Concepción y Reina Victoria, todos en perfecto funcionamiento y que los encaminarán hasta los espectaculares y retro Trolebuses intactos desde hace más de 60 años.
Si les pilla la noche y el día próximo parece prometedor, hay hermosos hospedajes para todos los gustos -y que pueden revisar aquí-; desde residenciales económicas a lujosos hoteles que, sin importar el coste, son todos muy seguros con precios que variarán en relación a qué altura se encuentren, ya que el plano general desde lo más alto, es impagable.
Valparaíso es una musa para recorrer y hacerla tuya, con la que descubres en cada día un nuevo rincón en sus trenzados callejones y que le han valido el ya famoso: Puerto de mis amores.
¡Ah! Y si la quieren explorar a fondo, no pierdas la oportunidad de hacerlo gratis con el sorteo de entradas para la ExpoVino y Gastronomía 2014, más una cena en el restaurante gourmet Saborcolor y estadía en La Valija, simplemente clicando acá.
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