Las 9 del 9 del 9 del 9

Bueno, ahora mismo no son las 9:00, ni es el 9 de Septiembre del 2009. Pero ayer sí que pasó eso. ¿Y qué más pasó ayer?

Apple Rocks y Google Monopoly

Nuevo iPod Nano. Cámara de video, micrófono, parlante, 8 y 16 Gb… ¿podómetro? Bien, pero no me mata.

Google y Hasbro lanzaron el clásico juego en su forma online, contra miles de otros usuarios y utilizando la herramienta Google Maps. ¡Tiembla, productividad laboral!

The Beatles: Rock Band

¡Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaau! Esto si que merece minutos de mi tiempo y el tiempo de ustedes.

Yo nunca he sido un computín ni mucho menos. Tampoco era tan adicto a los videojuegos ni juegos de computador. Cuando chico sí que me gustaba ir a los flippers – Papudo, te extraño -, pero era de los “sapos” y no jugaba tanto. Yo era más de salir a la calle a jugar y la Clínica Alemana es mi testigo de fe. Podría honestamente decir que el único juego que me hizo un poco adicto fue el Mario Kart del Super Nintendo. Creo que estoy hablando de cuando tenía 9-10 años. Probablemente sigo adicto a ese juego, pero ya no lo tengo… 🙁

Pero hoy me enamoré. Ella se llama The Beatles: Rock Band. Me encanta todo: desde el concepto del juego hasta las canciones y las gráficas. Ni si quiera me imagino el precio, pero es una tentación en la que ya se dictó sentencia. No sé cuando cumpla, pero de que lo hago, lo hago.

Les cuento un poco del jueguito. Este juego se puede jugar de 4: un Ringo, un John, un Paul y un George. Conectas los controles: una batería, dos guitarras, un bajo y tres micrófonos. Todo estilizado fielmente los inicios de la banda. También se pueden repartir entre voces e instrumentos para jugar de hasta 7. Las señoritas, por mientras, gritan “aaaaaah”.

Luego apretando botones o golpeando los parches de la batería, además de cantando en armonía (¡!) juegas a tocar alguno de todos los hits eternos de la banda que técnicamente me hizo venir al mundo. Les dejo un videito.

Si yo tuviera un hijo, lo obligaría a jugar. Así desarrolla las tres habilidades que hoy son necesarias para triunfar en la vida: ritmo, oído y afinación.

Tocar de Verdad

El jueguito anda bien, pero no es lo mismo que la cosa real. Por suerte de chico mi familia me metió en clases de música. Aunque empecé por el piano, hoy ya son casi 15 años desde que por primera vez estuve en una clase de guitarra y les digo: se siente muy bien tocar. Es lo mejor que pudieron hacer por mí, después de pagarme un seguro contra accidentes.

Nunca es tarde para empezar. Todo el mundo dice eso, pero yo se los voy a dividir por partes: por un lado, cuando uno es chico tiene un cerebro de esponja y todo entra, uno tiene tiempo y energía; por otro lado, cuando uno es más viejo tiene la madurez suficiente para tomarse algo más en serio y ser metódico. Aunque yo aprendí mucho de chico, entrené mi oído y todo, cuando más avancé fue… ¡ahora! Sé lo que me gusta y lo hago con ganas.

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