Jazz: un abanico de sonidos

Definir el Jazz es complejo, más todavía considerando la gama familiar con que un género se

encadena al otro y muchas veces se funden para crear uno nuevo. Cada expresión requiere un razonamiento especial para poder estudiarlo, y para eso es necesario tomar en cuenta las influencias de sonidos con que el Jazz se ve expuesto dependiendo del país donde se origine.

Así, es fácil que piano y guitarra trabajen juntos, contrabajo y violín o batería y trompeta… las ecuaciones son siempre perfectas si se trata de ensanchar y proporcionar más variables a este estilo. Una cosa es cierta: su base es producto de la cultura “underground” afroamericana a finales del siglo XIX en Estados Unidos, iniciándose, de hecho, con sonidos autóctonos de las tribus del continente negro. He ahí la primera influencia o, mejor dicho, las raíces mismas del Jazz. Muy luego se volvió un fenómeno mundial en la década de los años 20 y 30, con sonidos que propiciaban los bailes de salón y el Smooth Jazz (jazz suave) en bares nocturnos, adquiriendo aquí fuerza el saxo y el clarinete por igual, y las improvisaciones. Y posteriormente se consagró a comienzo de los 50, (y quizás hasta el día de hoy), como un movimiento intelectual restringido a grupos sociales exigentes. A esa altura el Jazz ya era un intrincado sistema musical, donde la voz y una fiesta de instrumentos, se daban cita sobre el escenario. Intrincado, pero sólo como una forma de creación, ya que como dijo el compositor Philip Souza, “el Jazz está hecho para ser escuchado a través de los pies, no del cerebro”.

Clasificado

Presento una pincelada de cinco de los géneros que pueden servir de base, de puerta de entrada, a todo el reino de estilos y multicolores sonidos que el Jazz ofrece, a ver si más de alguien, después de leer el texto, se aventura en su propio viaje musical. Pinceladas que, lejos de los tecnicismos, apelan a la sencillez y las sensaciones que despierta.

– Latin Jazz: Los vaivenes, las ganas de bailar, de moverse al compás de un ritmo caribeño, pero sin perder la compostura, están incluidos aquí. La combinación de trompetas, bongos y maracas, parecen rendirle un homenaje a la felicidad; esto, porque toma mucho de la salsa. Pero ojo, es un estilo que bien sabe, como una moneda de dos caras, entregar canciones de suma índole reflexiva, austera, pausada. Sus máximos exponentes son los cubanos.

-Swing: Recuerda las raíces del género, retrayéndonos a comienzo de los años 20, cuando el Jazz era la sensación musical del momento en la bohemia estadounidense. Aquí se luce el contrabajo y el piano.

-Bebop: Muy parecido al Swing, salvo que las influencias contemporáneas pueden modificarla para revitalizarla y refrescarla a través de sonidos cercanos al House o el Groove. Es que en su versión Techno, el Bebop es algo así como lo más cercano a un sonido “psicodélico”, o Incluso “trance” por llamarlo de algun modo.

-Smooth Jazz: Una delicia que acaricia los tímpanos. “Chill out” (relajo), se le suele llamar en inglés. Música ideal para poner de fondo mientras se conversa con un alguien sobre situaciones cotidianas, amenas, del día a día. El protagonista suele ser el saxofón, como si fuese la voz que guía la canción. ¿Los ascensores tendrán algo que opinar al respecto?

-Bossa Nova: se originó en Brasil a finales de los años 50, con influencia de los ritmos expresados en los carnavales, pero emulados por la guitarra, el clarinete y la flauta, tres de los instrumentos más utilizados. Clásicos como “Chega de saudade”, “Garota de Ipanema” o “Águas de Março”, son parte de la vitrina de esta melancólica y dulce expresión brasilera.

¿Inclasificado?

Las nuevas tendencias desean, y con éxito, apoderarse y cimentarle nuevas concepciones musicales al Jazz, integrando sonidos contemporáneos ligados a las nuevas tecnologías. ¿Hay pecado en esto? Al contrario, lo vuelve más rico, más presente, más actual. Esto demuestra el interés por mantenerlo con vida. En este escenario, es normal que el Bossa Nova y el Lounge Beat se fusionen, tal como el Latin Jazz y el Techno, el Smooth Jazz y el Rap. Esto, por sólo citar tres ejemplos mínimos. Para muestra un botón:

Próceres

Como toda historia, hay héroes de cada clase a los cuales se veneran. El Jazz, si por esas casualidades de la vida estás en un café y la atmosfera induce a tratar temas tan relajantes como el cortado que besas, tiene sus propios íconos.

He aquí algunos ilustres personajes que han servido de música de fondo para reuniones sociales: el contrabajista Charles Mingus, el saxofonista Charlie Parker, el trompetista Louis Armstrong, la cantante Ella Fitzgerald, el trompetista Miles Davis y el multifacético Ray Charles. En artistas contemporáneos, destaca el chileno Cristián Cuturrufo, el entrañable Joao Gilberto, y el talentoso virtuosismo en la voz y guitarra de John Pizzarelli.

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