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Asepsia, un drama grotesco de la salud pública

21.10.2015

Hace un par de semanas atrás el Teatro Camilo Henríquez tuvo la amabilidad y el gran gesto de invitar al equipo de Espectáculos para el estreno de Asepsia, un drama grotesco de la salud pública de la compañía Teatro Sin Dominio.

A decir verdad ninguno del grupo conocía las instalaciones del teatro, que pese a tener más de medio siglo de historia, aún se conserva bastante bien. El hall de entrada es muy similar al de los antiguos cines capitalinos, y eso, sumado a la energía de expectación del estreno, era el indicador perfecto de que íbamos a presenciar algo muy bueno. De pronto alguien hizo el llamado para que pudiésemos entrar, cuando todo comenzó…

De la compañía Teatro Sin Dominio
De la compañía Teatro Sin Dominio

Llamaba la atención el desenvolvimiento de los actores, quienes irrumpían frenéticamente alaridos bastante llamativos, probablemente no muy lejanos de la realidad representada. Cada uno de los personajes era dueño de una fuerza particularmente desvanecida, capaz de expresar una condena ante un sistema de salud donde nadie tenía la culpa, sobre todo si se considera que la obra está ambientada en un hospital público de los años 80’s.

La historia residía en el drama de dos enfermeras travestidas por dos hombres actores, cuyos nombres parecían darle todo el sentido a sus labores negligentes: La Hueona Lesa y La Recontramaraca. Ambas debían lidiar con el día a día, donde niños recién nacidos terminaban por ser niños recién fallecidos, y que en definitiva expresaban un grotesco drama basado en hechos reales.

¿Quién le respondía a una madre que dejaba su guagua por una fiebre normal y terminaba firmando un papel de defunción?, ¿alguien era capaz de decirle a esa madre lo que pasaba, después de horas y horas de espera?, ¿cuál era el destino de aquellas enfermeras que de ser victimarias pasaban a ser víctimas de un sistema que hoy en día sigue replicándose? Diferentes interrogantes para una obra que responde con un alto nivel crítico y que realmente vale la pena ver.

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