¡Esquiva a los “pelotudos” con Vane Miller!

Solo te quedan dos sábados de función para acudir al Teatro Alcalá con lápiz y papel y anotar todos los consejos que Vane Miller tiene para ti. Si a lo largo de tu vida te has topado con varios pelotudos y te sigues sintiendo atraída hacia ellos como la luna hacia la Tierra, lo mejor será que te dejes asesorar por una profesional. En “¿Cómo evitar enamorarse de un pelotudo?” no sólo tendrás la oportunidad de reconocer tu problema (sí, amiga, lo primero es la aceptación), sino también de reírte de tu miseria en comunidad, de llorar por dentro (y por fuera, pero con discreción), y de recibir las sabias recomendaciones de una experta en la enfermedad de la “pelotuditis”, Vane Miller. Después de que casi se nos desencajara la mandíbula de tanto reír durante la función, esta gran actriz chilena nos recibió en el mismo hall del teatro para contarnos un poco más de esta competición en la que ella tiene medalla: slalom freestyle esquivando pelotudos.

Empecemos yendo al grano, ¿cómo evitamos enamorarnos de un pelotudo?

¡Explicar eso me toma una hora de espectáculo! (risas) Lo que puedo decirte es que las mujeres somos un grupo de riesgo, y la “pelotuditis” es un virus muy resistente y, como todo buen virus, va mutando. Entonces aunque tengas un antídoto contra los pelotudos, tienes necesidad de actualizar el antivirus. Un método muy eficaz es traer a tu pelotudo a ver la obra, si lo traes entras gratis… (risas)… ¡Es un negocio conveniente! Otro método es el humor, ya que tiene la propiedad de distender la gravedad con la que nos enfrentamos a las cosas. Hay que reírse del propio sufrimiento…

¿Cómo reaccionan las mujeres que vienen a ver la obra? ¿Y los hombres?

El 60% de las mujeres que ven el show se rehabilitan, tenemos un 40% “en estudio”. Pero mantenemos la firme creencia de que si seguimos perfeccionando el método vamos a poder garantizar del 70% al 90% de recuperación. Cada vez vienen más hombres, cuando estrené venían dos y era muy gracioso, yo les miraba y decía “¿qué hacen acá?”. Después empezaron a venir hombres solos, y me preguntaba “¿qué hacen hombres solos acá?”. Un día vino uno que me dijo “soy Efraín y vengo a aprender” (risas). Efraín, ¡hay que clonarte! Había pagado su entrada y estaba solo viendo la obra, feliz.

¿Es difícil vivir del teatro siendo mujer?

Lo más difícil del mundo, pero vale la pena, cuando lo logras es increíble. Vivir del teatro en este país es un imposible, yo nunca había hecho nada que me pudiera sostener económicamente. No soy una persona que tenga grandes lujos, pero ahora ya llevo tres años viviendo de una obra de teatro. Todos los días digo “gracias, Dios, que me tocó vivirlo”, no sé si nunca lo podré repetir. Supongo que a medida que la audiencia crezca, sí van a haber generaciones de actores que van a poder dedicarse al teatro. ¡Ojalá!

Y ahora que ya has hecho “de todo” en televisión y teatro, ¿qué te queda por hacer?

Eso de que he hecho de todo suena un poco capcioso… Lo dices tú, ¡no lo digo yo! (risas) Bueno, en enero estreno un espectáculo que se llama “Sexo, Dios y Rock’n’roll”. Tiene un poco de música, voy a experimentar con eso, y tiene números no estrictamente cómicos, más “bufonescos” que “clown”. La voz parlante de este proyecto es un poco más profunda, no en el sentido denso porque igual es humorístico, pero los textos son… bueno, yo estoy enamorada de esos textos. Vamos a ver qué le pasa a la gente, haré 12 funciones y veremos qué onda.

¡Seguro que te va muy bien!

Muchas gracias, ¡eso espero!

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