Las vueltas de la Vida

Mi viejo alguna vez me dijo, de un día a otro, que la imaginación está siendo coartada por la revolución de la caja tonta –como él le dice a la TV-. Y es que argumenta que la representación de la realidad no significaba esfuerzo alguno para las audiencias; porque ya no se necesita de esta “imaginación” para recrear el mundo.

Aquello que me comentó mi viejo, un tipo con casi 60 años de experiencia, no tenía relación con el hecho de que la humanidad se erigiera a través de la tecnología, eliminando las fronteras geográficas que nos separan, sino que apuntaba directamente a la imaginación y a la merma de ésta producto de la TV y las relaciones interpersonales .

Desde ese momento, esta reflexión me ha hecho pensar un poco y, a pesar de que pueda ser una hipótesis más o menos aceptada, creo que nada es blanco o negro y que la tecnología, asumiéndola como una solución práctica a varios problemas cotidianos, promueve el uso mismo de la imaginación.

Una de esas últimas buenas ideas tecnológicas imaginativas, es el Roaming,  que nos permite estar conectados independiente de las fronteras geográficas sin tener que encontrar una conexión a Wi-FI. Fundamental para ver mails, enviar archivos o acceder a herramientas de trabajo en línea, te podrá salvar la vida –dicho poéticamente- en más de una ocasión.

Y ¿dónde está el estímulo imaginativo para el usuario? Bueno, mi viejo con casi seis décadas a cuestas y muchas reflexiones como la anterior, paradójicamente –o irónicamente si se prefiere también en este caso-, ha decidido usar a favor de su negocio, el famoso Roaming, utilizándolo preferentemente cuando va viajando y las posibilidades de algún otro tipo de conexión es nula.

De esta forma, ha aumentado considerablemente la participación de mercado de su negocio gracias a que ahora puede agilizar cualquier movimiento e incidir siempre en las decisiones sin interrupciones, además de mantenerlo más cerca cuando no era posible con mi madre, mi hermano o conmigo.

¿El dato? Es cosa de que hagas click acá y te des cuenta de que no hay nada blanco o negro, y que la tecnología, como todo en la vida, tiene matices muy interesantes.

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