Destinos

2012: tres años más de vida.

24.11.2009

¡De vuelta en Chile! Solamente por unos meses, pero muy feliz de estar compartiendo con mi familia y amigos. De hecho, este finde fui a ver 2012: El Fin del Mundo. Tenía súper buenas actuaciones y los efectos especiales eran solamente algo de forma, no fondo. Demasiada acción y tragedia, para mí gusto. Salí estresado. Pero qué podíamos esperar de una película que se promociona como la película “#1 en el mundo” -en serio-.

Lo que sí me pasó es que me sentí discriminado cinematográficamente. ¡¿Qué pasó con Chile?! Chile es lejos el mejor país para hacer esta peli. Lejos.

2012: año electoral del universo.

Primero que nada, la peli dura casi 3 horas. Es demasiado para mí, un hiperkinético de nacimiento. La causa principal: ¡EE.UU. es demasiado extenso! Es como una cucaracha geográfica. Muy difícil de matar. Chile, en cambio, hubiera desaparecido con el primer terremoto, resultando en una película mucho más corta, con menos presupuesto en locaciones y más presupuesto en guión y actuaciones, por favor ejemplo.

En segundo lugar, tenemos mucho mejor contraste para los desastres. ¿Qué prefieren ver: una pelea entre pesos pesados o Myke Tyson vs. Stephen Hawkin? El colapso de sendas edificaciones pasaba casi desapercibido entre cientos de edificios de más de 50 pisos. Acá… no lo creo. ¿Se imaginan el Titanium, el Costanera Center -la mitad que esté terminada, que sea-  y la torre Entel cayéndose? Sería el tremendo desastre. Sería un abuso contra los edificios chiquititos aledaños. Buenas críticas aseguradas.

 En tercer lugar, las relaciones políticas de la región hacen que necesariamente se desarrolle una teleserie que llenaría mejor la trama. De alguien tendría que ser la culpa esto. ¿De los Mayas? ¿De México? ¿Y se imaginan la tremenda ironía histórica de que el mar pase por arriba de Chile y llegue hasta Bolivia? Guau.

Finalmente, lo más importante: el fin del mundo tendría sentido. Transantiago funcionando perfecto, ojalá, nada de smog y la gente tranquila saliendo de la casa a pie o en bici. Un paraíso en la cordillera… y ¡BAM! Irónicamente el fin del mundo. Oscar al mejor guión.

Bueno, la dura realidad es que Roland Emmerich dice que nos quedan 3 años más para disfrutar Chilito. Y eso es poco para un país tan rebonito. Quizás quieran conocer las Torres del Paine, como yo. Yo no las he visto nunca y hoy mismo me comprometo con ustedes en hacer un post en vivo y en directo desde allá. Antes del fin del mundo, por supuesto.

Patagonia Camp 2×1: Programas de 3 y 4 noches en el Lago Toro y las Torres del Paine. Dos personas, en uno de los lugares más bellos del mundo -no porque sea chileno-, en un campamento de lujo y a mitad de precio.

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